¿Qué aprendió el mundo entero gracias a él?
Las meninas, el jardín de las delicias y los fusilamientos del 3 de mayo son algunas de las obras más famosas que pertenecen al museo del Prado pero, ¿sabías que este museo se incendió?
En noviembre de 1891 un artículo dejó sin respiración a todo Madrid, el museo del Prado quedó devastado por las llamas o, por lo menos así lo detallaba el periodista Mariano Cavia en el periódico “El Liberal” con el siguiente titular; “La Catástrofe de anoche, España está de luto. Incendio en el museo de pinturas.”
En este artículo detalló cómo las llamas iban consumiendo cuadro por cuadro e incluso, contó que algunos voluntarios arriesgaron sus vidas sólo para salvar algunas de las obras de Goya y Velázquez.
Lo curioso, es que muchos comenzaron a dirigirse hacia la galería para contemplar la tragedia de primera mano, y fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que la noticia no era cierta, y es que, se podría decir que éste artículo fue uno de los primeros “fake news” de la historia.
La pregunta es, ¿por qué Mariano sembraría el pánico sobre un tema tan grave? Pues es que este famoso periodista tenía como objetivo concienciar a las personas sobre la terrible situación que se vivía el museo.
Los trabajadores del Prado vivían con sus familias en los desvanes y las instalaciones del museo se encontraban en unas condiciones lamentables. Por eso mismo, al día siguiente publicó un segundo artículo titulado; “¿Por qué he incendiado el museo del Prado?” y donde a su vez declaraba “Hemos inventado esta catástrofe, para evitarla.”
Sorprendentemente, la estrategia de Cavia funcionó y es que la “fake news” cruzó fronteras y llegó hasta periódicos como Le Temps o The Daily Chronicle y, de misma manera, también llegó hasta el despacho del ministro quien, tras esta noticia, acabó aceptando cambios en el Prado.
En primer lugar se desalojaron a todas las familias de los desvanes y el vacío de los depósitos de leña con el consiguiente cambio de estufas por un sistema de calefacción oculto. Del mismo modo se realizaron cambios estructurales y se cambió la estructura del tejado por un andamiaje de metal. Medidas que, sin duda a día de hoy, han salvado la vida del museo.
Este fue un día para recordar para toda España e incluso, para todo el mundo, ya que gracias a Mariano Cavia y su capacidad para trasladar sus escritos a otros países, muchos otros museos también cambiaron sus medidas y es seguro que si no fuese por él, a día de hoy ya hubiésemos vivido un desastre como el narrado.
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